viernes, 3 de mayo de 2024

Análisis y Argumentación sobre Estrategias de Control Social

 



Las estrategias de control social se han manifestado de diversas formas a lo largo de la historia, y varios autores han abordado este tema desde diferentes perspectivas. Desde Dorfman y Mattelart hasta Mbembe, Galeano y Klein, existe un consenso en cuanto a la complejidad y omnipresencia de estas estrategias en la sociedad contemporánea.


Los medios de comunicación son una herramienta poderosa para la difusión de ideas y la construcción de la realidad social. Como señalan Dorfman y Mattelart (1972), estos medios desempeñan un papel crucial en la promoción y perpetuación de las ideologías dominantes, las cuales pueden estar alineadas con los intereses de ciertos grupos de poder. En el caso de los cómics de Disney, estos constituyen un ejemplo paradigmático de cómo se utiliza la cultura popular para promover ciertos valores y normas sociales.


Los cómics de Disney, al presentar un mundo idealizado y fantasioso, ejercen una influencia significativa en la percepción de la realidad por parte de su audiencia, especialmente entre los niños y jóvenes. A través de sus historias y personajes, Disney promueve implícitamente un estilo de vida marcado por el consumismo y la conformidad con las normas establecidas. Los valores de éxito, belleza y felicidad están estrechamente ligados al consumo de productos y servicios, creando así una cultura del materialismo y la superficialidad. En este sentido, los medios de comunicación, incluidos los cómics de Disney, actúan como agentes de socialización que moldean las actitudes, valores y comportamientos de la sociedad.

 

Además, Achille Mbembe (2006), en su obra "Necropolítica", introduce el concepto de necropolítica para describir cómo el poder estatal y otras instituciones utilizan la violencia y la gestión de la muerte como formas de ejercer control social. En este contexto, el control social alcanza niveles extremos, ya que no se limita a regular el comportamiento de las personas, sino que también implica decidir quién tiene derecho a vivir y quién es considerado prescindible o incluso desechable. Esta distinción entre "vida digna de ser vivida" y "vida que puede ser sacrificada" refleja la lógica necropolítica en la que ciertos individuos o grupos son sacrificados en aras de mantener el orden y la supremacía de ciertos intereses.


Galeano (1998) amplía esta idea al señalar cómo el control social se sustenta en la desigualdad económica y la explotación de los más vulnerables. En América Latina, por ejemplo, las políticas neoliberales han incrementado la brecha entre ricos y pobres, estas políticas benefician a las élites económicas al permitirles acumular riqueza y poder a expensas de los derechos y el bienestar de la población en general. Por ejemplo, la privatización de servicios públicos esenciales como la salud y la educación resulta en la exclusión de aquellos que no pueden pagar por ellos, perpetuando así la desigualdad y la marginalización de los sectores más pobres de la sociedad.


En este contexto, el control social se ejerce no solo a través de la coerción y la represión, sino también mediante la creación y perpetuación de un sistema económico injusto que beneficia a unos pocos en detrimento de la mayoría.


Por otro lado, Naomi Klein (2007), en su obra "La doctrina del shock", ofrece un análisis detallado sobre cómo las crisis y los desastres son aprovechados por las élites para promover políticas de libre mercado y reprimir la disidencia. La "doctrina del shock" se refiere a la estrategia de aprovechar momentos de crisis, ya sea económica, política o social, para imponer reformas radicales que de otra manera serían impopulares o difíciles de implementar.

Durante períodos de crisis, como recesiones económicas o desastres naturales, las personas tienden a estar más dispuestas a aceptar cambios drásticos en aras de restaurar la estabilidad y el orden. Es en estos momentos de vulnerabilidad cuando las élites políticas y económicas aprovechan para imponer cambios que no benefician al pueblo. 

En conclusión, las estrategias de control social son variadas y complejas, abarcando desde la manipulación mediática hasta la violencia estatal y la explotación económica. Estos mecanismos de control perpetúan un sistema de dominación que beneficia a las élites y marginaliza a los grupos más vulnerables. Es crucial analizar y cuestionar estas estrategias para promover una sociedad más justa y equitativa, donde se respeten los derechos y la dignidad de todas las personas.

Referencias Bibliográficas

Dorfman, A., & Mattelart, A. (1972). Para leer al Pato Donald. Ediciones de la Flor.

Mbembe, A. (2006). Necropolítica. Melusina.

Galeano, E. (1998). Patas arriba: La escuela del mundo al revés. Siglo XXI Editores.

Klein, N. (2007). La doctrina del shock: El auge del capitalismo del desastre. Paidós.


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